«El origami es mucho más que seguir mecánicamente unas instrucciones de plegado»

[Reproducción de la entrevista publicada en octubre de 2022 en la web de Maria Folch, https://ebeca.org/, sobre belleza, educación, creatividad, arte y ecología.]

 

¿Cómo llegaste al origami? ¿Qué te llamó la atención de esta práctica?

 

Lo que me fascinó en primer lugar fue su aparente sencillez. Se toma un material tan cotidiano como el papel y, simplemente manipulándolo mediante el plegado, sin añadir nada ni recortar nada, se puede transformar en casi cualquier cosa. Hay algo mágico en esta parquedad de elementos y en el juego infinito de formas y estructuras que podemos crear así.

 

Hay verdaderos artistas del plegado de papel, como muestran creadores tan originales como Eric Joisel o Hoang Tien Quyet, y a la vez, sigue siendo algo muy cotidiano que podemos integrar en nuestra vida: como manualidad creativa, para jugar con los niños, para decorar o regalar cosas bonitas hechas por nosotros mismos, para relajarnos…

 

Además es un recurso educativo muy versátil en las aulas, y también, si se profundiza en sus técnicas y métodos, es fuente de inspiración para arquitectos, diseñadores e ingenieros. ¡El origami tiene muchas dimensiones!

 

¿Se trata de una técnica solo para niños?

 

En absoluto, el origami lleva una etiqueta que dice “de 0 a 99+”. Todos empezamos a plegar de pequeños, con barquitos y pajaritas, pero se puede practicar el origami en todas las etapas de la vida, hasta la tercera edad, donde resulta además beneficioso para prevenir la demencia, como han puesto de manifiesto varios estudios.

 

El origami puede apasionarte sea cuál sea tu edad, cultura o formación. Muchos llegan a él por su vertiente artística, otros por su uso educativo o terapéutico, y también hay científicos de todo tipo que quedan fascinados por las posibilidades del origami, desde biólogos que estudian cómo se pliegan las alas de algunos insectos hasta químicos que analizan el plegado de las proteínas. Uno de los origamistas actuales más famosos, Robert Lang, ha colaborado con la NASA en el desarrollo de los mecanismos para desplegar telescopios espaciales como el Webb, por ejemplo.

 

Y no hay que olvidar a los que se interesan por la parte histórica del origami, como Joan Sallas, que hace una labor de investigación increíble sobre el plegado a lo largo de los siglos, además de su faceta como divulgador del plegado, o el grupo Letterlocking del MIT (Massachusetts Institute of Technology), que recupera antiguas técnicas y trucos de seguridad de las cartas, pues se plegaron durante siglos, de formas bastante sofisticadas, antes de la aparición de los sobres.

¿Es tan difícil como parece? ¿O es posible aprender incluso sin conocimientos previos?

 

El origami es como el dibujo: todos podemos dibujar, y no debemos tener miedo a experimentar y jugar con el papel libremente, gozando de las formas y estructuras que aparecen, pues esta debería ser siempre la base. El origami es mucho más que seguir mecánicamente unas instrucciones de plegado; explorarlo nos permitirá desplegar toda nuestra creatividad.

 

Por supuesto, para desarrollar nuestras propias ideas y proyectos, nos ayudará mucho la práctica continuada, el aprendizaje de pliegues y técnicas concretas, necesarias sobre todo para los modelos más complejos. También es útil conocer el vocabulario y los símbolos utilizados en los diagramas, además de los conceptos teóricos subyacentes.

 

Puede inspirarnos el trabajo de los artistas contemporáneos y de los que nos han precedido, así como conocer las distintas ramas del origami actual: modular, figurativo, wet folding, teselaciones, pureland, etc., para elegir la que más se adapte a nuestros gustos o necesidades.

 

 

¿Con qué materiales puede realizarse?

 

 

El material por excelencia para plegar es el papel, naturalmente, pero no es ni mucho menos el único posible. El plegado de tejidos cuenta con una larga tradición, desde servilletas decorativas para celebraciones hasta sofisticados plisados y fruncidos en el mundo de la moda y terminando en nuestro propio armario, pues… ¿quién no ha discutido alguna vez con su pareja por el doblado de los calcetines o las camisetas?

 

 

Se puede plegar con materiales naturales, como las hojas de algunas plantas, también hay quien hace origami con finas láminas de metal, por ejemplo para aplicaciones en joyería. Utilizar algunos plásticos flexibles, o tetrabrics nos permitirá combinar el origami con el upcycling…

 

 

De todos modos, el material más versátil y el que permite llegar a más complejidad y virtuosidad es sin duda el papel, en todas sus variedades, pues hay muchísimos tipos, tanto el amplio repertorio de papeles específicos para origami como los que encontramos a nuestro alrededor y que también podemos utilizar. Papeles gruesos para hacer cajas y recipientes, papeles finos para crear sutiles figuras de animales, ¡todos los papeles son válidos y pueden servir! Conozco muchos origamistas que decoran o pintan el papel para
personalizar sus plegados, que diseñan sus propios papeles o incluso los fabrican artesanalmente.

 

 

¿Qué podemos construir con esta técnica más allá de las formas clásicas que todos conocemos, como las pajaritas de papel? 

 

 

Podemos construir literalmente cualquier cosa. Además es un arte que puede combinarse con otras disciplinas, mediante técnicas mixtas y con aplicaciones muy diversas, aunque los más ortodoxos se limitan siempre a un solo cuadrado de papel.

 

 

Tenemos el origami figurativo, que representa animales o objetos de todo tipo, y con muchos estilos posibles, pues conviven el minimalismo de una figura de pocos pliegues pero que captura con elegancia la silueta de un pájaro, por ejemplo, con la increíble complejidad de muchas creaciones del origami contemporáneo, con miles y miles de pliegues, diseñados con la ayuda de programas informáticos específicos, para representar desde un reloj de cucú hasta un cienpiés con todas sus patas. Si quiere conseguirse figuras con mayor expresividad y personalidad, casi escultóricas, el wet folding permite modelar formas más orgánicas trabajando con el papel humedecido.

 

 

También hay origami abstracto, por supuesto, con figuras geométricas de todo tipo: poliedros, estrellas, etc. Una rama de este origami abstracto con entidad propia son los teselados, que crean repeticiones de patrones de gran belleza en superfícies planas. Otra gran rama del origami moderno es el modular, que consiste en plegar módulos independientes y encajarlos entre si creando figuras que pueden ser hasta centenares de piezas, como un enorme juego de construcción.

 

 

Lo que queramos hacer con origami dependerá también del objetivo que tengamos: jugar con títeres de papel, aprender geometría, construir algo práctico para utilizarlo, como puede ser una caja; decorar nuestra casa para una festividad o celebración, crear un mural reivindicativo sobre un tema particular… Desde la pura diversión hasta el activismo, ¡todo se puede hacer con origami!

 

 

De hecho, el origami o papiroflexia es solo una pequeña parte de algo mucho más amplio: el plegado. Este es por una parte un fenómeno natural: la mayoría de montañas se originaron mediante pliegues, las flores se despliegan, nuesto propio ADN está replegado sobre si. Los humanos no inventamos el origami: algunos escarabajos doblan las hojas y las enrollan para poner allí sus huevos.

 

 

Por otra parte, el plegado es un patrimonio cultural, pues no hemos hecho más que imitar la naturaleza y sus métodos, desarrollando a lo largo de los siglos materiales y técnicas increíbles para plegar, inventando todo tipo de pliegues para multitud de actividades humanas, desde las más prácticas hasta las más simbólicas. El plegado ha estado siempre presente, de forma transversal, en nuestra vida. Eso es algo que me gusta destacar cuando doy cursos de origami: hacer visibles todas estas conexiones, ampliar nuestra visión del origami para tener una perspectiva más amplia.

 

 

¿Qué beneficios tiene para grandes y pequeños la realización de trabajos con origami?

 

 

El origami trabaja la motricidad fina y la coordinación ojo-mano, así que es una práctica ideal para desarrollar estas capacidades en la etapa infantil. Requiere además paciencia y concentración, así que permite entrenar también estas cualidades tan necesarias. En los mayores, contribuye a mantener la mente en forma y es un buen ejercicio de memoria. Plegar nos ayuda a desconectar de las preocupaciones y nos conecta con nuestra serenidad interior. El padre del origami moderno, el japonés Akira Yoshizawa, decía que cuando las manos están ocupadas plegando, el corazón está en paz; hoy en día diríamos que el origami promueve el mindfulness y ayuda a combatir el estrés.

 

En el ámbito educativo, ¿con qué asignaturas podría dialogar?

 

 

Lo hermoso es que puede dialogar con casi todas las asignaturas, es ideal para todo tipo de proyectos STEAM. El origami permite también trabajar en equipo, por ejemplo colaborando para crear colectivamente un mural para un espacio común, por ejemplo.

 

 

Naturalmente la geometría está muy presente en el plegado, así que la conexión con las matemáticas es evidente. Es un recurso estupendo para acercarse a muchos temas de geometría de forma lúdica y divertida. Además, como se pueden manipular las figuras, facilita la comprensión espacial de las formas, la simetría, los ángulos y las proporciones, y permite visualizar conceptos matemáticos abstractos.

 

 

En secundaria y en la etapa universitaria se pueden descubrir además los axiomas matemáticos del origami, formalizados por Huzita y Hatori, explorar el origami computacional y sus algoritmos… También puede servir para explicar conceptos de física (aerodinámica con aviones de papel, por ejemplo), o para aprender sobre la naturaleza. Javier Caboblanco, un maestro de primaria que es además un origamista apasionado, utiliza el plegado para casi todas las asignaturas, incluso la animación a la lectura, y tiene un canal YouTube magnífico donde comparte sus recursos educativos con
origami.

 

 

¿Has recibido alguna formación o eres autodidacta?

 

 

No existe todavía una universidad de origami, anque sí muchas posibilidades de formación especializada. He aprendido en multitud de cursos y talleres, he acudido a numerosas convenciones internacionales de origami y he devorado amplia bibliografía sobre el tema. Además, me ha enseñado muchísimo el contacto con otros origamistas en innumerables encuentros, pues aunque pueda parecer que el origami es una actividad solitaria, existen muchos grupos y asociaciones de origami: los plegadores de todo el mundo forman una red informal muy abierta a compartir conocimientos, con un gran espíritu de aprendizaje mutuo e inclusividad y con vocación internacional, pues el origami, como la música, no tiene fronteras.

 

 

Hace unos años empecé también a colaborar con la organización de jornadas de formación sobre didáctica del plegado, una experiencia muy enriquecedora y que me ha permitido conocer y trabar amistad con algunos referentes internacionales del origami y aprender de ellos.

 

 

¿Nos aconsejas algún libro sobre origami?

 

 

Recomiendo empezar con los libros de Nick Robinson, un origamista maravilloso que presenta siempre una selección excelente de modelos, tanto suyos como de otros creadores, y además ofrece valiosas informaciones y consejos para aprender.

 

Para los niños, el libro Pliégalo tú de Sara Pomarón es una estupenda opción para acompañar a los más pequeños en el descubrimiento de la papiroflexia.

 

Quienes quieran saber algo más sobre los orígenes del origami moderno disfrutarán de El arte del origami, de Akira Yoshizawa.

 

No solo en los libros se aprende: en YouTube hay muchos origamistas de calidad, como Origami Spirit, Jo Nakashima o Sara Adams (HappyFolding), que ofrecen muy buenos tutoriales para aprender.

 

Y, si tienen ocasión, visiten el Museo del Origami (EMOZ) en Zaragoza. Mi recomendación final es que busquen asociaciones de origami, grupos locales o encuentros virtuales de plegadores, porque el origami es sobre todo algo para compartir.

 

 

¿Dónde podemos encontrarte? ¿Realizas cursos presenciales u online?

 

 

Justo ahora estoy creando una nueva web:  www.corals-origami.de, todavía en construcción. Por circunstancias familiares, doy pocos cursos en la actualidad, aunque espero que el año próximo ya pueda ofrecer más talleres en línea y presenciales. También pueden visitar mi blog (en catalán): www.origamialacarta.wordpress.com.

 

 

Vivo en Alemania, así que si vienen de vacaciones también pueden encontrarme paseando por las calles de Friburgo, al pie de la Selva Negra. Llevo siempre papel encima, pues nunca se sabe cuándo lo vas a necesitar, además, me encanta sorprender a veces a quienes encuentro con el pequeño regalo inesperado de una figura de origami.